Los servicios de telesalud han crecido en la actual pandemia, pero la crisis ha arrojado luz sobre otras tecnologías sanitarias a distancia que ahora son esenciales para la atención al paciente.
Uno de estos conjuntos de tecnologías sanitarias a distancia se centra en la interoperabilidad, la capacidad de un sistema (informatizado o no) para comunicarse de forma transparente (o lo más parecida posible) con otro sistema (similar o no), que ha sido un proceso lento para las organizaciones sanitarias.
Pero la pandemia está demostrando por qué es necesario comunicarse rápida y fácilmente con otros sistemas sanitarios, así como la importancia de una infraestructura tecnológica eficiente a la hora de gestionar una situación como la de COVID-19.
Impacto de COVID-19 en la tecnología aplicada a la salud
En un esfuerzo por mantener a los pacientes en casa en la medida de lo posible, los reguladores sanitarios federales suavizaron la normativa y aumentaron el reembolso de los servicios de telesalud durante la pandemia, lo que contribuyó a aumentar su uso.
El aumento del uso de los servicios de telesalud está abriendo la puerta a la atención sanitaria a distancia, haciendo que los proveedores se acostumbren a tecnologías como la rehabilitación virtual, los chatbots y otras plataformas de participación remota de los pacientes.
Pero según un informe de la consultora empresarial Frost & Sullivan, el impacto de COVID-19 en la atención sanitaria será mucho más amplio que un aumento de los servicios de telesalud.
Básicamente, COVID-19 ha ayudado a los sistemas sanitarios a darse cuenta de la importancia de una infraestructura de TI sanitaria interoperable y una arquitectura tecnológica sólida para apoyar la telesalud, la analítica avanzada y la planificación en tiempo real, entre otras áreas importantes, durante esta crisis.
Frost & Sullivan también prevé, por ejemplo, un mayor interés por la telerradiología, que permite a un radiólogo externo analizar imágenes médicas. Las plataformas de telerradiología suelen implantarse en hospitales pequeños o rurales, con escasos radiólogos en plantilla o cuando los sistemas sanitarios necesitan acceder a un especialista.
A medida que se reanude el funcionamiento normal y se reprogramen meses de retrasos en procedimientos y operaciones, Frost & Sullivan predice que nuevas áreas de la atención sanitaria, como la teleradiología, desempeñarán un papel importante para ayudar a hacer frente al número de casos de diagnóstico médico por imagen tras la pandemia.
Los sistemas sanitarios tendrán que replantearse el funcionamiento y la gestión de su infraestructura tecnológica
Los sistemas sanitarios tendrán que replantearse su funcionamiento, incluida la gestión de su capacidad tecnológica.
La pandemia llevará a los hospitales a adoptar espacios de cuidados críticos similares a los quirófanos híbridos, que reúnen distintas tecnologías en un mismo espacio para permitir una mejor atención al paciente.
Además, el análisis de datos recibirá mayor atención a la luz de COVID-19, ya que los proveedores necesitan acceder rápidamente a los datos relevantes de los pacientes y ayudar a diagnosticarlos y tratarlos. Para que los CIO del sector sanitario hagan posible este tipo de soluciones, tendrán que centrarse en la infraestructura informática y la interoperabilidad de los sistemas.
El verdadero reto será pensar más allá de los requisitos internos del sistema y considerar una arquitectura tecnológica con sistemas y servicios interoperables que puedan utilizarse a través de API.
La pandemia demuestra la necesidad de interoperabilidad
La interoperabilidad es un tema candente en la sanidad desde hace años, y COVID-19 ha dibujado un panorama de la necesidad crítica de que los sistemas sanitarios se comuniquen entre sí e intercambien datos de forma integrada para que los pacientes puedan recibir rápidamente el tratamiento que necesitan.
Las empresas que estén a la vanguardia de la interoperabilidad de estos sistemas sanitarios tendrán que pensar de forma holística sobre los cambios en el funcionamiento de los hospitales y estudiar cómo incorporar procesos y programas informáticos que funcionen en sincronía con otros hospitales.
La interoperabilidad lleva tiempo siendo tema de conversación para muchas instituciones sanitarias. Sin embargo, el ritmo relativamente lento del concepto, impulsado por la normativa y las capacidades de los proveedores, ha limitado un movimiento rápido. El papel de un gestor informático cambiará cuando los sistemas sanitarios se den cuenta del potencial que encierra la sanidad digital.
Un futuro digital para la sanidad tras la pandemia de COVID-19
A medida que el sector sanitario refuerza su arsenal científico, también necesita reconocer la nueva normalidad y aplicar modelos empresariales emergentes y sostenibles.
Aunque todavía existen algunas predicciones para 2020, realizadas en diciembre de 2019, debemos reconocer el importante impacto y los cambios impulsados por la pandemia COVID-19.
Esta nueva visión de un futuro digital en la sanidad para 2020 y más allá no sólo se centrará en medir la resistencia del segmento, identificar los planes de continuidad de negocio y destacar la promesa de la tecnología digital, sino que también explorará el marco de implementación y las oportunidades inmediatas para una transición más suave.
No cabe duda de que el futuro de la salud pasa por las tecnologías digitales. Las próximas dos décadas serán la era de la bioeconomía, que tendrá importantes repercusiones en la economía, la sociedad y la vida humana.
La convergencia de la IA, la analítica y la informática permitirá que la sanidad se convierta en un negocio más orientado a la medición y fomentará innovaciones que tendrán un impacto de gran alcance en la forma de gestionar las empresas a largo plazo.
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