2020 ha sido un año difícil para la atención sanitaria. La pandemia de COVID-19 ha presionado a hospitales y clínicas para que cambien su forma de trabajar a fin de garantizar la seguridad de su personal y sus pacientes, así como cambios entre los proveedores de atención primaria y los pequeños consultorios.
La reducción de las visitas a las consultas por cuestiones de seguridad al principio de la pandemia obligó a muchos hospitales a plantearse rápidamente la telemedicina para seguir atendiendo y controlando a los pacientes que decidían evitar las salas de espera.
¿Es el salto a la telemedicina la respuesta para salvar una consulta en estos tiempos sin precedentes?
De hecho, la telemedicina se aplica de distintas maneras, desde las configuraciones que se centran en facilitar llamadas de audio y vídeo entre el paciente y el profesional sanitario, hasta las que llegan a permitir la monitorización remota de las constantes vitales del paciente en tiempo real.
Estas opciones han demostrado ser las más deseables durante la pandemia, ya que permiten a los pacientes permanecer en casa e interactuar con su equipo asistencial sin el riesgo de viajar y exponerse al virus.
Sin embargo, implantar servicios de telemedicina no es una tarea sencilla, teniendo en cuenta las implicaciones y los riesgos potenciales que pueden suponer para la consulta y el paciente.
Para garantizar que la implantación de la telemedicina sea un éxito, los hospitales deben tener en cuenta las cinco mejores prácticas siguientes a la hora de embarcarse en el viaje de la telemedicina.
1. identificar la viabilidad y los factores de riesgo
Uno de los primeros pasos para implantar la telemedicina es determinar la viabilidad y los posibles factores de riesgo asociados a un servicio u oferta.
Se trata de un paso crucial para determinar qué servicios pueden prestarse a través de la telemedicina y si los reembolsos disponibles son financieramente viables para mantener el servicio y sus costes.
Muchos siguen considerando que el reembolso es un reto importante para los médicos, ya que no proporcionan fondos suficientes para sufragar los gastos relacionados con el software y otros costes de la telemedicina en los que incurren las consultas.
Una vez determinado esto, el siguiente paso es identificar los distintos flujos de trabajo y procesos necesarios para poner en marcha la iniciativa de telemedicina.
2. Evaluar las características de cada oferta
El mercado tecnológico tiene varias opciones entre las que elegir para las clínicas sanitarias y los consultorios médicos, incluidos servicios y productos tan fáciles de usar como FaceTime y otros con funciones más completas que pueden realizar un seguimiento de la facturación, la programación y el intercambio de contenidos.
Algunos de los recursos disponibles actualmente son
- Soporte para la monitorización remota de las constantes vitales;
- Integración con dispositivos médicos electrónicos;
- Soporte de audio y vídeo;
- Autoservicio para reservar pacientes;
- Soporte de aplicaciones móviles ;
- Apoyo a la documentación clínica; y
- Formularios de admisión y registros de pacientes personalizados.
3. Empezar con un piloto a modo de prueba
Una vez seleccionada una solución tecnológica aplicada a la telemedicina, una de las mejores formas de identificar cómo encajaría en la práctica médica es probar la plataforma con un grupo de pacientes y resolver los problemas o preocupaciones que pueda tener el grupo, como una conectividad deficiente, conflictos de programación y facturación o problemas de reembolso.
4. Comuníquese con sus pacientes
La telemedicina es vista por muchos pacientes como una opción más cómoda y una oportunidad para que los consultorios médicos añadan valor a los servicios que prestan a los pacientes.
Para asegurarse de que sea beneficioso para todos, es importante comunicarse con los pacientes periódicamente y documentar sus comentarios. Esto puede hacerse a través de señalizaciones, campañas por correo electrónico o llamadas telefónicas.
5. Seguimiento de los indicadores clave de rendimiento para garantizar el éxito de la aplicación
Una vez que un centro sanitario implanta una oferta de telemedicina, debe supervisar los indicadores clave de rendimiento ( KPI ) para garantizar su éxito, entre ellos:
- Puntuaciones de satisfacción de los pacientes;
- Reembolsos e ingresos por telemedicina;
- Productividad de los proveedores; y
- Estadísticas de reservas.
La capacidad de sostener este cambio y la capacidad de redimensionar la atención virtual para incluir todos los tipos de visitas que tienen la oportunidad de tener éxito virtualmente requiere el apoyo de una arquitectura informática más amplia, requiere el apoyo de una infraestructura tecnológica segura que lo permita.
Pacientes conectados: una nueva realidad
Otro ámbito de las TI sanitarias afectado por la pandemia es la monitorización de pacientes mediante cámaras de vídeo y parches de constantes vitales.
La pandemia ha llevado a los sistemas sanitarios a pensar de forma innovadora a la hora de controlar a los pacientes de COVID-19 para reducir la exposición y el uso de equipos de protección individual, a veces con la tecnología existente.
Las herramientas de seguimiento han sido útiles para gestionar a los pacientes de COVID-19 durante la pandemia y probablemente llevarán a los hospitales a pensar en cómo ampliar el papel de los recursos de vídeo, como el entrenamiento de modelos de visión por ordenador para buscar indicadores de salud de los pacientes.
Todo ello, combinado con nuevas formas de recopilar datos vitales, da lugar a una experiencia sanitaria impulsada por la tecnología.
En los próximos años, los hospitales tendrán el reto de apoyar cada vez más las nuevas herramientas digitales y los modelos operativos, y deberán adaptarse para hacer ambas cosas, a pesar de las limitaciones presupuestarias.
No sólo tienen que ser adaptables y responder a la atención virtual y a la ampliación de la infraestructura para apoyarla y a la identificación de nuevas herramientas digitales, sino que también se les está diciendo que tendrán que adaptar sus presupuestos sin dejar de apoyar esta digitalización avanzada que han tenido que implantar.
Se trata de un reto importante al que tendrán que enfrentarse los hospitales y los profesionales sanitarios.
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